Para empezar el mes de agosto qué mejor que una subidita al Picayo...
Quedé con Iván, Juan y Jose de Puçol en la iglesia del pueblo y desde allí salimos trotando por la carretera hasta las urbanizaciones de chalets. La vista de las antenas donde tenemos que subir es impresionante, en ese momento dudaba que pudiera llegar. Cuando dejamos los chalets, aparece una cuesta increible todavía en asfalto, como aperitivo a lo que venía después. Empezamos a subir montaña, hasta que los desniveles son tan pronunciados que me doy cuenta que andando avanzo más rápido que corriendo, así que me voy alternando en función del desnivel. El terreno es igual de tierra que de cemento, no sé que es peor, sobre todo por la gravilla. Se descuelga Jose por detrás (rodilla tocada) y se marchan Iván y Juan por delante, llego a las antenas, pero todavía falta un poco, porque el objetivo es la cruz. Lo peor del último tramo no es el desnivel, bastante pronunciado, sino el terreno con montones de pedruscos y con riesgo de doblarte el pie. Llegada a la cruz, se toca, se respira aire puro y se disfruta de la vista, unos minutos de descanso y a bajar todo lo que se ha subido. La bajada es un paseo, con refreskin en una piscina en construcción incluido ;) . Total 14.4 Km. Una buena preparación para Siete Aguas. Hay que repetirlo.
Análisis de la subida
Andorra 2024
Hace 1 mes
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